“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. Jn. 3, 16-17.
Como responder ante tanto amor hacia nosotros: “siendo los primeros en amar”.
Con un amor universal, que ame a todos, que tome la iniciativa y sea el primero en amar. El amor verdadero es concreto, no está hecho sólo de palabras o de sentimientos; y ama a todos, no solo a quien nos cae bien o nos ama, a todos, hasta los enemigos; y esta forma de amar hace que florezca la reciprocidad, crea en el otro la necesidad de responder amando.
Y una manera de amar así puede cambiar el mundo. Solo el Amor puede cambiar el mundo.
Y cuando nos cueste: no poner el acento en "nuestro querer" sino "en el poder de Dios".
La viñeta es de Walter Kostner "Gibi y Wdoble"
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