“Queridas familias, pedid con frecuencia en la oración la ayuda de la
Virgen María y de san José, para que os enseñen a acoger el amor de Dios como
ellos lo acogieron. Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy,
pero el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede
verdaderamente transformar el cosmos, el mundo. Ante vosotros está el
testimonio de tantas familias, que señalan los caminos para crecer en el amor:
mantener una relación constante con Dios y participar en la vida eclesial,
cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos a
servir, tener paciencia con los defectos de los demás, saber perdonar y pedir
perdón, superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos, acordar
las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos con
los pobres, responsables en la sociedad civil. Todos estos elementos construyen
la familia. Vividlos con valentía, con la seguridad de que en la medida en que
viváis el amor recíproco y hacia todos, con la ayuda de la gracia divina, os
convertiréis en evangelio vivo, una verdadera Iglesia doméstica (cf. Exh. ap. Familiaris
consortio, 49). Quisiera dirigir unas
palabras también a los fieles que, aun compartiendo las enseñanzas de la
Iglesia sobre la familia, están marcados por las experiencias dolorosas del
fracaso y la separación. Sabed que el Papa y la Iglesia os sostienen en vuestra
dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, al mismo
tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha adecuadas iniciativas de
acogida y cercanía”.
De la Homilía del Santo Padre Benedicto
XVI durante la Celebración Eucarística del Encuentro con las familias en el
Parque de Bresso el domingo 3 de junio de 2012
Para ir al texto original pinchar
en el enlace: HOMILIA EUCARISTIA DEL VII EMF
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