Francisco:
'Defender a la familia querida por Dios de las colonizaciones ideológicas'
El Santo Padre a los Équipes Notre Dame: dar
testimonio de la belleza de la familia y ser instrumentos de la misericordia
hacia los matrimonios que han fracasado
Ciudad del Vaticano, 10 de septiembre de 2015
FUENTE
ZENIT.
El papa Francisco ha recibido esta mañana en
la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los participantes en el Encuentro
Internacional de los Équipes Notre Dame (END) organizado en Roma y cuyo tema es
"Aquí estoy Señor, envíame".
El Santo Padre indicó su preocupación por las
amenazas ideológica en relación a la familia y recordó a los matrimonios
heridos en la vida, que exigen la 'misericordia' de la Iglesia, y anticipó una
serie de temas que entrarán seguramente en la próxima asamblea general
ordinaria del Sínodo de los Obispos, que iniciará el 4 de octubre en el
Vaticano.
Porque "la imagen de la familia, como
Dios la quiere, compuesta por un hombre y una mujer", y también "de
la generación y educación de los hijos es deformada a través de poderosos
proyectos contrarios, apoyados por colonizaciones ideológicas".
Los equipos son un movimiento laico de
espiritualidad conyugal, nacido para responder a la necesidad de las parejas de
vivir con plenitud su sacramento, que cuenta con una metodología propia y se
interroga sobre la compleja realidad de la pareja en la actualidad. Los END
fueron fundados en Francia en 1938 por iniciativa de algunos matrimonios y del
sacerdote Henri Caffarel, cuya causa de beatificación ha llegado a Roma,
informó el Vatican Information Service.
Recordando la proximidad del Sínodo sobre la
familia, Francisco invitó a los miembros de los END a rezar por los Padres
Sinodales y por él que deben reflexionar en esa asamblea sobre la ''célula
vital de la sociedad" en este "difícil contexto cultural
actual".
"Las parejas y las familias cristianas
--dijo el Papa-- están a menudo en las condiciones mejores para anunciar a
Jesucristo a otras familias, para apoyarlas, fortalecerlas y animarlas".
Porque es necesario dar testimonio afuera de
“lo que se vive en la pareja y en la familia --acompañado por el carisma de
éste movimiento-- esta alegría profunda e irremplazable que el Señor hace
experimentar en la intimidad doméstica entre alegrías y tristezas”.
El Pontífice animó a todas las parejas a
vivir en profundidad los "puntos concretos de compromiso" de su
movimiento, como la oración de los cónyuges y la oración en la familia
"una tradición hermosa y necesaria que siempre ha sostenido la fe y la
esperanza de los cristianos y que por desgracia se ha abandonado en muchas
regiones del mundo".
También subrayó la importancia del diálogo
mensual entre el matrimonio, "el famoso y empeñado deber de sentarse que
va tan contracorriente con los hábitos del mundo frenético y agitado,
impregnado de individualismo".
Francisco hizo hincapié, en este sentido, en
la fecundidad recíproca de este encuentro vivido con el sacerdote acompañante y
dio las gracias a las parejas de END por servir de "apoyo y aliento al
ministerio de los sacerdotes que encuentran siempre, en el contacto con los
equipos y sus familias, alegría sacerdotal, presencia fraterna, equilibrio
emocional y paternidad espiritual".
La tarea misionera del movimiento es de suma
importancia y el Santo Padre indicó algunos campos de acción como el
acompañamiento y la formación en la fe de las parejas jóvenes antes y después
del matrimonio o la cercanía a las familias heridas "tan numerosas hoy en
día", debido a tantos problemas como la falta de empleo, de salud, un
duelo, el desequilibrio causado por una lejanía o por un clima de violencia.
"Debemos tener el coraje de entrar en
contacto con estas familias, de forma discreta pero generosa, material, humana
y espiritualmente, cuando las circunstancias las hagan vulnerables".
Por último, el Papa animó a las parejas a ser
"instrumentos de la misericordia de Cristo y de la Iglesia con las
personas cuyo matrimonio haya fracasado".
''No hay que olvidarse nunca --insistió-- de
que la fidelidad conyugal es un don de Dios, y que cada uno de nosotros recibió
misericordia. Una pareja unida y feliz puede entender mejor que nadie, la
herida y el sufrimiento que causan el abandono, la traición, la falta de
amor".
"Es necesario, pues, que aporten el
testimonio y experiencia para ayudar a la comunidad cristiana a discernir las
situaciones concretas de estas personas, a acogerlas con sus heridas, y a ayudarlas
a caminar en la fe y la verdad, bajo la mirada de Cristo el Buen Pastor, para
participar de una manera apropiada en la vida de la Iglesia. No hay que
olvidarse tampoco del sufrimiento indecible de los niños que viven estas
situaciones familiares dolorosas".
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