miércoles, 4 de marzo de 2009

FAMILIA, COMUNIDAD DE VIDA. JORNADA DE FAMILIAS NUEVAS DE LOS FOCOLARES. GRANADA.



“FAMILIA:
COMUNIDAD DE VIDA”

Organizada por Familias Nuevas del Movimiento de los Focolares, el domingo 22 de febrero en el Colegio de los Salesianos de Granada, se celebró una jornada abierta para vivir juntos el don de la familia. Una fiesta de familias, dirigida a toda la familia, con programas simultáneos para los más pequeños, momentos de juegos, compartir la comida… hacer vida de familia. Incluso con cumpleaños, pues uno de los benjamines cumplía años: cinco años, desde aquí nuestra felicitación a Juan Manuel.

La mañana estuvo dedicada a profundizar en la vida de familia basada en el Evangelio, verdadera revolución no solo para la familia, sino para toda la humanidad. Con emoción se recordaban las palabras del Santo Padre en la audiencia a Familias Nuevas con motivo de su 40 aniversario “...vosotros, queridos matrimonios, que os ponéis al servicio del mundo de las familias con una acción pastoral importante y siempre actual, orientada según cuatro directivas: la espiritualidad, la educación, la socialidad y la solidaridad. El vuestro es efectivamente un empeño de evangelización silenciosa y profunda, que aspira a testimoniar que solo la unidad familiar, don de Dios-amor, puede hacer de la familia un verdadero nido de amor, casa acogedora de la vida y escuela de virtud y valores cristianos para los hijos."
Se puso en común la vida que Dios va actuando en cada familia, con experiencias de los presentes. Ves que no siempre es fácil, y que solo abrazando la cruz, y abandonándose en el Padre, después de haber sentido el desgarro de la soledad, del dolor, sólo en Jesús Abandonado, encuentras la paz y el bálsamo que nace de Dios.

Familias animadas por las palabras que Chiara Lubich dirigía a un grupo de Familias Nuevas: “Aquí delante de vosotros, (…) me parece ver (…) a Jesús que mira el mundo, mira las multitudes y tiene piedad de ellas: porque de toda esta porción de mundo (…) yo he puesto sobre vuestros hombros ésa más fracturada, más parecida a Él abandonado (…). Pero es el mismo Jesús que a través de nuestros ojos, debe mirar a estas multitudes y actuar... estallar, (…) para que esta piedad no quede en el campo sentimental sino en obras, esas obras que después nos seguirán al Paraíso”.

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