A
pesar del tiempo inestable recorre toda la plaza saludando a los miles de
peregrinos
El papa Francisco
realizó este 25 de junio como todos los miércoles, la audiencia en plaza San
Pedro. A su entrada, en un largo recorrido en el jeep descubierto, saludó a los
miles de peregrinos reunidos a pesar del tiempo inestable, caluroso y con
chaparrones. A las 6 de la mañana ya comenzaban a llegar los peregrinos para la
audiencia que comienza poco antes de las 10.
Le acercaron al Papa
como es costumbre a diversos niños a quienes besó y saludó, como también a
ancianos, en medio del entusiasmo generalizado.
Concluida de la
audiencia fueron los saludos particulares. Entre los presentes estaba Jorge
Bergoglio, no el papa Jorge María Bergoglio, sino un primo del Pontífice que desde
la ciudad argentina de Córdoba vino a saludarle, con su familia.
En la audiencia entre
los grupos de numerosos países estaba el conformado por diversas parroquias de
Madrid, con el cardenal Antonio Rouco Varela y los obispos auxiliares. Los
había también de México, Honduras, Colombia, Chile Argentina y Brasil.
En el resumen de la
catequesis en español a los presentes, el Santo Padre indicó:
“Dios ha querido formar
un pueblo que lleve su bendición a todos los pueblos de la Tierra. En
Jesucristo, lo establece como signo e instrumento de unión de los hombres con
Dios y entre ellos. De ahí la importancia de pertenecer a este pueblo”.
“Nosotros no somos
cristianos a título individual, cada uno por su cuenta. Nuestra identidad es
pertenencia. Decir «soy cristiano» equivale a decir: «Pertenezco a la Iglesia».
Soy de ese pueblo con el que Dios estableció desde antiguo una alianza, a la
que siempre es fiel”.
“De aquí nuestra
gratitud a los que nos han precedido y acogido en la Iglesia, quienes nos han
transmitido la fe, enseñado a rezar y pedido para nosotros el Bautismo. Nadie
se hace cristiano por sí mismo.”
“La Iglesia es una gran
familia, que nos acoge y nos enseña a vivir como creyentes y discípulos del
Señor. Y no sólo somos cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos
serlo junto con otros. En la Iglesia nadie va «por libre»”.
“Quien dice creer en
Dios pero no en la Iglesia, tener una relación directa con Cristo fuera de
ella, cae en una dicotomía absurda. Dios ha confiado su mensaje salvador a personas
humanas, a testigos, y se nos da a conocer en nuestros hermanos y hermanas”.
En los saludos finales
se dirigió a los peregrinos de lengua española, en particular a los peregrinos
de la Archidiócesis de Madrid y de La Escuela Franciscana, de San Pedro Sula,
así como a los demás grupos provenientes de España, México, Honduras, Colombia,
Chile, Argentina y otros países latinoamericanos.
“Recuerden que, como
cristianos, no podemos prescindir de los demás, de la Iglesia; no podemos
salvarnos por nosotros solos”. Dijo.
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