domingo, 22 de marzo de 2015

DÍA DEL SEMINARIO 2015


Los sacerdotes y las familias.

Volver a incidir de que, es en la familia el primer lugar donde se aprende amar, donde se descubre que es dar la vida por el otro, donde el servicio adquiere el valor de construir verdaderas y duraderas relaciones… es algo que nunca nos cansaremos de repetir: “es en la familia donde está el futuro de la vida”.
Pero la familia necesita a alguien que le hable de todo esto, que sea uno más de la casa, que sea el primero en amar, que sea el primero en dar la vida por cada uno, que sea el primero en servir, que no dependa de nuestra respuesta para estar entre nosotros… Las familias necesitamos a Jesús en medio nuestro: “sólo El da sentido a la vida de familia”.
Jesús necesita a sus testigos, aquellos que más que hablar de Él, viven como El, se mueven como El, duermen –como Él durmió-, sufren –cómo Él sufrió-, se rían –cómo El rió-, que sirvan –cómo el sirvió-… Las familias necesitamos buenos y santos sacerdotes que nos lleven a Jesús, personas transparentes, que tengan la cintura suficiente de apartarse para que Jesús sea de verdad el centro de todo, el principio y el fin de la vida de familia. Las familias necesitan buenos y santos sacerdotes que caminen junto a ellas hacia Dios.
El lema del Día del Seminario “Señor, ¿que mandáis hacer de mí?”, es una pregunta que tiene que nacer en el seno de la familia, es en la familia donde tenemos que preguntarnos y ayudar a cada uno a preguntarse que quiere Dios de nosotros,  que quiere el Señor de cada uno.
Estos días tendríamos que preguntarnos que cercanía tengo yo con aquellos sacerdotes que conozco, si rezo por ellos, si me acerco y les propongo hacer vida de familia, si pido por ellos, si rezo por el Seminario. Había un sacerdote que nos decía, -cuando surgían los debates de la preocupación por las vocaciones-, que confiáramos en Dios, que rezáramos por ellos y los invitáramos a cenar.
Con estas sencillas y modestas líneas queremos agradece a Dios por el gran DON que son los sacerdotes para las familias y pedir por las vocaciones al sacerdocio.


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