martes, 21 de abril de 2009

X ENCUENTRO DE ORIENTADORES FAMILIARES DE ANDALUCIA EN GUADIX

Según nos informan Enrique Alonso y Teresa Guardia, del Centro de Orientación Familiar de nuestra Diócesis Ronda 110, Orientadores Familiares y colaboradores de los Centros de Orientación Familiar de las diócesis andaluzas se han reunido durante el fin de semana 18 y 19 de abril de 2009 en la ciudad de Guadix para compartir las experiencias que vienen desarrollando.

Los Centros de Orientación Familiar (COF) son instrumentos de ayuda para solucionar los problemas de la familia que se ponen en marcha desde las diócesis. En Andalucía siete diócesis disponen de este servicio. Los siete COF se han dado cita en la bella ciudad granadina de Guadix, que ha sido el anfitrión de más de medio centenar de personas que suman los responsables y los técnicos de los Centros de Orientación Familiar, que se ha celebrado en el Centro Diocesano de Espiritualidad. Una ocasión para hacer balance del funcionamiento de los diferentes COF, para compartir experiencias y, sobre todo, para coordinar el trabajo de terapia familiar.

José Costela Aznar, Coordinador de los Master en Orientación y en Mediación Familiar de la Facultad de Teología impartió una conferencia sobre el uso de las llamadas Terapias breves recopilando una serie de técnicas útiles para su aplicación. Hemos debatido sobre aspectos de futuro de estos Centros así como las diversas maneras de dar respuesta a las necesidades actuales en este campo de las dificultades relaciones dentro de la familia.

Según sus responsables, los Centros de Orientación familiar son un conjunto de destrezas que proporcionan herrramientas para mejorar la convivencia familiar. Aseguran desde la organización del encuentro que su finalidad es atender a las familias con dificultades de convivencia y ayudar a conseguir una relación matrimonial y familiar equilibrada.

Este trabajo, dicen desde la organización del encuentro, se hace siempre con el asesoramiento de terapeutas familiares y por otros profesionales que ofrecen sus servicios con discreción y con absoluta gratuidad. Y, aunque es un servicio que presta la Iglesia, está abierto a todo tipo de familias, sin distinción de credo.

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