miércoles, 23 de julio de 2014

LA MARIAPOLIS Y LA FAMILIA.

Sabéis como nos gusta poner en común aquellas experiencias de vida que ayudan a las familias, como decía el Papa Benedicto en México, experiencias que hacen de las familias “evangelios vivos que todos puedan vivir”, por eso nos ha alegrado que la Mariápolis 2014 se celebre en Granada, aunque la posibilidad de participar, por haber llenado el aforo, ya no sea posible.
Que bellos ejemplo de familia es una Mariápolis, pues en ella participan personas de cualquier condición social, edad, sexo, profesión, creencia... con una única condición: “querer el bien del otro” o dicho de otra manera: “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti. ¿Os suena?, “Es la regla de oro”, es puro Evangelio: “amaos como yo os he amado”.
El Evangelio es para todos.
Existen Mariápolis permanentes donde grupos de familias se sumergen en este estilo de vida, como ciudadanos de una ciudad, la “ciudad de María” donde la única regla de vida es el amor recíproco, donde el único modelo de ciudadano es Jesús.
Desde Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina… España, Francia, Italia… Filipinas, Canadá, Congo…. durante unos meses no son ciudadanos del mundo, son mariapolitas, ciudadanos de la Mariápolis, de la Ciudad de María. Familias con sus hijos, que juegan, que se divierten, si están más tiempo: estudian
El objetivo que las convoca es el de hacer juntos una experiencia de fraternidad comenzando por el propio hogar, entre los esposos, con los hijos, con las otras familias y con el resto de los “mariapolitas”. Una verdadera escuela de vida, con reflexiones, puestas en común y, sobre todo, puesta en práctica, enfocada desde “el amor recíproco, tesoro de la familia”, que ha de dar el tono a todo este período.
En Loppiano (Italia) a igual que en otros lugares del mundo, existe esta experiencia comunitaria permanente: la “Escuela Loreto”, en recuerdo de casita de la familia de Nazaret, por donde han pasado miles de familias. Sugestivamente, son familias de estos “ex alumnos” las que la sostienen año a año, haciéndose cargo de distintos aspectos de su desarrollo, como una forma de seguir perteneciendo afectiva y efectivamente de la gran familia que han conformado. Y la experiencia siempre es la misma agradecer “esta oportunidad de ejercer la fraternidad a través de todo tipo de comunión que nos permite participar concretamente en la construcción de una experiencia que nos ha marcado para toda la vida”.
Para más información: FAMILIAS NUEVAS

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