lunes, 7 de diciembre de 2015

LA LIBERACION QUE VIENE.

Celebrar la fiesta de la Inmaculada es ese preciso acto de fe que afirma que esa humanidad cumplida es siempre posible, hasta en la cruz. Que la humanidad se cumplió por primera vez un día, en una mujer “llena de gracia”, tan llena de gracia como para acoger a Cristo sin reservas y sin fisuras en el corazón. Y desde que Cristo vino a ella, y ella le dio a luz, la historia de aquella muchacha es siempre la verdadera historia de ese pueblo que es la Iglesia, y puede ser nuestra historia, la de cada uno. Vivir, vivir de verdad, es sólo decir que sí al anuncio bueno: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Vivir de verdad es acoger y amar la realidad que está delante (o a veces, sólo desear y pedir poder acogerla y amarla). Porque en ella está Cristo, que viene. Siempre está. Siempre viene. Y siempre viene para darnos el amor y la libertad y la alegría que nosotros no sabemos, no podemos darnos a nosotros mismos. ¡Alzad la cabeza! ¡Se acerca vuestra liberación!
 
Fiesta de la Inmaculada de 2006
† Javier Martínez
Arzobispo de Granada
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