sábado, 30 de noviembre de 2013

TEXTO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO EN LA AUDIENCIA DEL MIÉRCOLES

TEXTO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO EN LA AUDIENCIA DEL MIÉRCOLES
El santo padre recuerda que nuestra vida no termina con la muerte. Quien practica la misericordia no teme a la muerte
Queridos hermanos y hermanas,
¡felicidades porque son valientes, con el frío que hace en la plaza, son verdaderamente valientes!
Deseo llevar a término las catequesis sobre el Credo, desarrolladas durante el Año de la Fe, que concluyó el domingo pasado. En esta catequesis y en la próxima quisiera considerar el tema de la resurrección de la carne, deteniéndome en dos aspectos tal y como los presenta el Catecismo de la Iglesia Católica, es decir, nuestro morir y resucitar en Jesucristo. Hoy me detengo en el primer aspecto, el “morir en Cristo”.

1. Hay una forma equivocada de mirar la muerte. La muerte nos afecta a todos y nos interroga de modo profundo, especialmente cuando nos toca de cerca, o cuando afecta a los pequeños, a los indefensos de una forma que nos resulta “escandalosa”. Siempre me ha afectado la pregunta: ¿por qué sufren los niños?, ¿por qué mueren los niños? Si se entiende como el final de todo, la muerte asusta, aterroriza, se transforma en amenaza que rompe todo sueño, toda perspectiva, que rompe toda relación e interrumpe todo camino. Esto sucede cuando consideramos nuestra vida como un tiempo encerrado entre dos polos: el nacimiento y la muerte; cuando no creemos en un horizonte que va más allá de la vida presente; cuando se vive como si Dios no existiera. Esta concepción de la muerte es típica del pensamiento ateo, que interpreta la existencia como un encontrarse casualmente en el mundo y un caminar hacia la nada. Pero existe también un ateísmo práctico, que es un vivir sólo para los propios intereses y las cosas terrenas. Si nos dejamos llevar por esta visión errónea de la muerte, no tenemos otra opción que la de ocultar la muerte, negarla, o de banalizarla, para que no nos de miedo.


2. Pero a esta falsa solución se rebela el corazón del hombre, su deseo de infinito, su nostalgia de la eternidad. Y entonces, ¿cuál es el sentido cristiano de la muerte? Si miramos a los momentos más dolorosos de nuestra vida, cuando perdemos a una persona querida -los padres, un hermano, una hermana, un esposo, un hijo, un amigo– nos damos cuenta que, incluso en el drama de la pérdida, doloridos por la separación, surge del corazón la convicción de que no puede haber acabado todo, que el bien dado y recibido no ha sido inútil. Hay un instinto poderoso dentro de nosotros, que nos dice que nuestra vida no termina con la muerte. ¡Esto es verdad! ¡Nuestra vida no termina con la muerte!

Esta sed de vida ha encontrado su respuesta real y confiable en la resurrección de Jesucristo. La resurrección de Jesús no da sólo la certeza de la vida después de la muerte, sino que ilumina también el misterio mismo de la muerte de cada uno de nosotros. Si vivimos unidos a Jesús, fieles a Él, seremos capaces de afrontar con esperanza y serenidad también el paso de la muerte. La Iglesia de hecho reza: “Si bien nos entristece la certidumbre de tener que morir, nos consuela la promesa de la inmortalidad futura”. Una bonita oración de la Iglesia, esta. Una persona tiende a morir como ha vivido. Si mi vida ha sido un camino con el Señor, de confianza en su inmensa misericordia, estaré preparado para aceptar el momento último de mi existencia terrena como el definitivo abandono confiado en sus manos acogedoras, en la esperanza de contemplar cara a cara su rostro. Y esto es lo más bello que puede sucedernos, contemplar cara a cara el rostro maravilloso del Señor, verlo a él, tan hermoso, lleno de luz, lleno de amor, lleno de ternura. Nosotros vamos hacia allí, a encontrarnos con el Señor.
         
3. En este horizonte se comprende la invitación de Jesús de estar siempre preparados, vigilantes, sabiendo que la vida en este mundo se nos ha dado para prepararnos a la otra vida, con el Padre celeste. Y para esto hay siempre una vía segura: prepararse bien a la muerte, estando cerca de Jesús. ¿Y cómo estamos cerca de Jesús? Con la oración, en los sacramentos y también en la práctica de la caridad. Recordemos que Él está presente en los más débiles y necesitados. Él mismo se identificó con ellos, en la famosa parábola del juicio final, cuando dice: “Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era extranjero y me acogisteis, desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, estaba en la cárcel y vinisteis a verme. Todo lo que hicisteis con estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mt25,35-36.40). Por tanto, un camino seguro es recuperar el sentido de la caridad cristiana y de la compartición fraterna, curar las heridas corporales y espirituales de nuestro prójimo. La solidaridad en compartir el dolor e infundir esperanza es premisa y condición para recibir en herencia el Reino preparado para nosotros.
Quien practica la misericordia no teme a la muerte. Pensad bien en esto. Quien practica la misericordia no teme a la muerte. ¿Estáis de acuerdo? ¿Lo decimos juntos para no olvidarlo? Quien practica la misericordia no teme a la muerte. Otra vez. Quien practica la misericordia no teme a la muerte. ¿Y por qué no teme a la muerte? Porque la mira a la cara en las heridas de los hermanos, y la supera con el amor de Jesucristo.
Si abrimos la puerta de nuestra vida y de nuestro corazón a los hermanos más pequeños, entonces también nuestra muerte se convertirá en una puerta que nos introducirá en el cielo, en la patria beata, hacia la que nos dirigimos, anhelando morar para siempre con nuestro Padre, con Jesús, María y los santos. 

viernes, 29 de noviembre de 2013

FRANCISCO EN SANTA MARTA: '¡EL TIEMPO NO ES NUESTRO, EL TIEMPO ES DE DIOS!'

FRANCISCO EN SANTA MARTA: '¡EL TIEMPO NO ES NUESTRO, EL TIEMPO ES DE DIOS!'
El papa en la homilí­a de este martes indica que la oración y la esperanza son dos virtudes fundamentales para descifrar los diferentes momentos de la vida
El hombre puede creerse soberano del momento, pero sólo Cristo es dueño del tiempo. Es cuanto ha afirmado el papa francisco en su homilía de este martes en la Casa Santa Marta. El santo padre ha señalado también que en la oración se encuentra la virtud para discernir en cada momento de la vida y en la esperanza en Jesús la vía para mirar al fin del tiempo.
Dos consejos, para entender el fluir del presente y prepararse al final de los tiempos: oración y esperanza. La oración, junto al discernimiento, ayuda a descifrar los momentos de la vida y a orientarlos a Dios. La esperanza es el faro de largo alcance que ilumina la última etapa, la de una vida y -en el sentido escatológico- la del fin de los tiempos.


El pontífice ha  reflexionado sobre el pasaje del Evangelio de hoy en el que Jesús explica a los fieles en el templo qué sucederá antes del fin de la humanidad, garantizándoles que ni siquiera el peor de los dramas hará caer en la desesperación a los que crean en Dios. El santo padre ha observado: “En este recorrido hacia el fin de nuestro camino, de cada uno de nosotros y también de toda la humanidad, el Señor aconseja dos cosas, dos cosas que son diferentes, y son diferentes según cómo vivamos, porque es diferente vivir en el instante y vivir en el tiempo”:

“Y el cristiano es un hombre o una mujer que sabe vivir en el instante y sabe vivir en el tiempo. El instante es lo que tenemos en las manos ahora: pero este no es el tiempo, ¡pasa! Tal vez podemos sentirnos dueños del instante, pero el engaño es creernos dueños del tiempo: ¡el tiempo no es nuestro, el tiempo es de Dios! El instante está en nuestras manos y también en nuestra libertad sobre cómo tomarlo. Y aún más: nosotros podemos convertirnos en los soberanos del momento, pero solo hay un soberano del tiempo, un solo Señor, Jesucristo”.




Por ello, ha advertido el papa citando las palabras de Jesús, no hay que “dejarse engañar por el instante”, porque habrá personas que se aprovechen de la confusión para presentarse como Cristo. “El cristiano, que es un hombre o una mujer del instante, debe tener esas dos virtudes, esas dos actitudes para vivir el momento: la oración y el discernimiento”. Y distingue:
“Para conocer los signos verdaderos, para conocer el camino que debo tomar en este momento, es necesario el don del discernimiento y la oración para hacerlo bien. En cambio, para ver el tiempo, del cual solo el Señor es dueño, Jesucristo, nosotros no podemos tener ninguna virtud humana. La virtud necesaria para ver el tiempo debe ser dada, regalada por el Señor: ¡es la esperanza! Oración y discernimiento para el instante; esperanza para el tiempo”.

“Y así -ha concluido Francisco- el cristiano se mueve en este camino, momento tras momento, con la oración y el discernimiento, pero deja tiempo a la esperanza”:
“El cristiano sabe esperar al Señor en cada instante, pero espera en el Señor hasta el fin de los tiempos. Hombre y mujer de instante y de tiempo: de oración y discernimiento, y de esperanza. Que el Señor nos dé la gracia para caminar con la sabiduría, que también es uno de sus dones: la sabiduría que en el instante nos lleve a rezar y a discernir. Y en el tiempo, que es el mensajero de Dios, nos haga vivir con esperanza”.


FRASE SOBRE LA FAMILIA DE LORENZO BRIZZIO

"Los nietos, son de Dios. Ellos son el sustento que Él nos da a los abuelos… Cuando el peso de los años parecen abrumarnos… Los nietos se transforman en la energía de la vida…" 

LORENZO BRIZZIO

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA EVANGELII GAUDIUM

LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos, para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años.

Texto completo:  Evangelii Gaudium

PRESENTACION EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

jueves, 28 de noviembre de 2013

DON JAVIER ANIMA A LAS FAMILIAS EN ESTE COMIENZO DE CURSO DE LA DELEGACION DIOCESANA DE PASTORAL FAMILIAR. VISITA AL CENTRO DE ORIENTACIÓN FAMILIAR RONDA 110.

DON JAVIER ANIMA A LAS FAMILIAS EN ESTE COMIENZO DE CURSO DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA DE PASTORAL FAMILIAR. VISITA AL CENTRO DE ORIENTACIÓN FAMILIAR RONDA 110.
Ya os contábamos en la entrada anterior la visita de D. Javier a la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar, y lo que supuso para todos nosotros. Pero otro momento de gracia particular en este comienzo de curso fue la visita que D, Javier realizó al Centro de Orientación Familiar Ronda 110 el lunes 25 de noviembre.
El COF RONDA 110 comenzó su andadura en 1992 como un centro diocesano especializado en la atención y ayuda de los matrimonios que acuden en la resolución de problemas personales, conyugales y familiares, con el objetivo de resolver sus dificultades relaciones y nace como una exigencia del III Sínodo diocesano granadino de 1990 con el objetivo de la prevención y actuación en problemas familiares mediante la orientación y el consejo.
La sala donde normalmente tienen sus reuniones de trabajo se quedó pequeña para acoger además de a los miembros del COF y a D. Javier, a nuestro Consiliario D. Antonio Luis Martín y a Paco Huertas y Toñi Delgado, los Delegados de Pastoral Familiar, que también participaban en la reunión.

Comenzó Enrique Alonso, Director del Centro, haciendo una interesante síntesis de la última memoria presentada que recoge la vida del COF. Los datos estadísticos que Enrique iba enumerando, rápidamente iban tomando cuerpo y calor con las aportaciones de los presentes, sus impresiones y experiencias de todos estos años, las heridas curadas, los problemas resueltos, como la ausencia de comunicación estaba en el fondo de muchos de estas situaciones... para ellos era como entrar en los pequeños sagrarios que son cada una de las personas que allí se acercan. Las palabras de D. Javier volvían a ser de ánimo y estímulo para cada uno en este servicio que la Iglesia de Granada presta a través del trabajo desinteresado de estas personas, interesándose en muchos momentos por aspectos concretos de la vida del COF y siguiendo con mucho interés todo lo que allí se iba exponiendo
Desde La acogida que la hacen personas voluntarias con capacidad de escucha, es el primer contacto que se tiene al acudir al COF, por lo que su función es importantísima. Ellos asignan al orientador y conciertan la primera entrevista, en la actualidad son seis personas las que hacen esta interesante función. Los orientadores también son voluntarios pero con preparación universitaria específica que acompañan a las personas que acuden durante sus procesos de cambio, hasta que encuentran la mejor solución a su situación particular. En la actualidad son nueve personas que realizan esta importante labor. Cuando la situación lo requiere, se derivan a otros profesionales relacionados con temas conyugales y familiares: abogado, psicólogo, psiquiatra, sexólogo, ginecólogo, sacerdote,...
Desde hace unos seis años un colaborador de Acogida ofrece a quien lo solicita un servicio de ayuda de búsqueda de empleo, a través direcciones de empresas o particulares que ofrecen trabajo, habiéndolo encontrado más de 150 personas. Desde su apertura se han atendido más de 1200 familias y dado que en la mayoría de las ocasiones es preciso escuchar a otros miembros del entorno familiar, habremos recibido a más de dos mil quinientas personas.
 También le expusieron los miembros del COF a D. Javier la gran preocupación que tienen, pues cada vez ven más necesaria ir preparando nuevos orientadores que puedan poco a poco ir haciendo el relevo que por la edad ya empieza a ser necesario: actualización de los que hay y formación de nuevos orientadores eran las dos cuestiones que más preocupan. Inquietudes que fueron rápidamente acogidas por nuestro arzobispo, que veía de mucha importancia el trabajo en el Centro se lleva a cabo. En otro momento se veía la  necesidad de seguir trabajando en el acompañamiento a los matrimonios jóvenes, para poder contrarrestar los cada vez más numerosos mensajes que les llegan y que dificultad que descubran la experiencia radical que supone el amor en nuestra vida, amor que solo tiene un origen: el amor que procede de Dios, ese amor hermoso al que Dios nos llama.

Nos animaba también D. Javier a mostrar esta belleza del amor vivido en la familia, mostrar familias felices, familias que han hecho de Cristo el centro de sus vidas, familias que muestren a sus contemporáneos como Cristo es el camino para la búsqueda de la plenitud del amor que cada matrimonio anhela y desea.

COMIENZO DE CURSO DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA DE PASTORAL FAMILIAR DE GRANADA.

COMIENZO DE CURSO DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA DE PASTORAL FAMILIAR DE GRANADA.
Con la visita que el lunes 25 de noviembre realizó el Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, al Centro de Orientación Familiar Ronda 110, damos por concluido este comienzo de curso de la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar, que en el tiempo ha durado un poco más que otros años, pero que como nunca ha sido un impulso para trabajar por y  para la familia.
Ya en septiembre, el grupo de trabajo de la Delegación a través de varias reuniones, fue delineando la propuesta de actividades para este curso, que pretenden ser la escusa para crecer entre nosotros en el espíritu de comunión, para disfrutar de la alegría de sentirnos hijos de Dios y miembros de esta bella familia que es la Iglesia.

En octubre tres han sido los momentos fuertes del mes:

Primero las Jornadas de Guadarrama de Pastoral Familiar y Movimientos Familiares, que este año con el título de “Itinerarios para novios cristianos” han tenido lugar en la Residencia Fray Luis de León de Guadarrama los días 4, 5 y 6 de octubre de 2013 y que ha tratado sobre uno de los grandes retos de la Iglesia hoy, acompañar a los novios  para que puedan vivir un día la gran esperanza  de su amor en el matrimonio. Unos días en los que se reflexionó sobre cuáles son los pasos y las prácticas que pueden configurar estos itinerarios de fe para los novios. Presididas por Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, presidente de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida, contó con la presencia de D. José Noriega con las ponencias “El despertar de la vocación al amor y sus etapas hasta el matrimonio” y “La nueva narrativa  sobre el noviazgo y sus efectos: soledad e indeterminación del tiempo”; interesante ponencia de  D. Manuel González, sobre “Ritos y prácticas. Símbolos y significados; D. Ignacio Serrada que habló sobre “La narrativa en la configuración del ‘nosotros’  y de la ‘generatividad’: uso de las narraciones  y prácticas  de la interpretación y aceptación de la diferencia”; D. Juan de Dios Larrú con la ponencia “La configuración del ‘para siempre’: narraciones y prácticas de promesa y perdón”; concluyendo D. Elio Gallego, con la ponencia “XXX aniversario de la carta de los derechos de la familia” que celebramos este año.
Hubo momentos para la oración y la reflexión, muchos momentos de convivencia, de conocer a las otras delegaciones y movimientos, de compartir experiencias, problemas, dificultades, anhelos y deseos... la alegría de compartir con todos la pertenecía a esta Iglesia que camina hacia la unidad y la comunión de todos.

Otro momento realmente vivo e interesante fue el encuentro con los Agentes de la Casa Diocesana de la Familia y los Equipos de Cursos de Formación al Matrimonio y a la Vida de Familia que colaboran en la Casa Diocesana de la Familia en esta bella labor de la Pastoral Familiar, nunca nos cansaremos de elogiar la labor que unos y otros hacen, muchas veces callada y desconocida, pero que por los ecos de los novios, tanto bien hacen. Son ocho los equipos que actualmente imparte los cursos, formados por dos o tres matrimonios y un sacerdote, en las distintas modalidades de varios fines de semana o intensivos que con su carácter subsidiario de  los de las parroquias tratan de atender la demanda de los novios. La atención en la casa de la familia se hace de forma presencia la mañana de los lunes, miércoles y viernes y  previa cita, las tardes de los lunes, martes y jueves. La reunión tuvo lugar el lunes 7 de octubre en la que se presentó la propuesta de cursos para 2014.

Terminando el  mes de octubre, el lunes 28 tuvo lugar la reunión de la Delegación de Pastoral Familiar, como a nosotros nos gusta considerarla: el grupo de trabajo y los Movimientos. Y en esta ocasión contamos con la presencia de D. Javier Martínez, nuestro arzobispo, como nunca, su presencia entre nosotros, supuso para todos un aldabonazo para seguir trabajando por las familias, por todas las familias, desde nuestra querida Iglesia de Granada. Comenzamos la reunión presentándonos, pues en este nuevo curso algunos movimientos han cambiado sus responsables; estaban presentes, el Movimiento Familiar Cristiano, Los Equipos de Nuestra Señora, Hogares Don Bosco, las Familias de Famisión de Cristianos sin Fronteras, Familias Nuevas del Movimiento de los Focolares, El Encuentro Matrimonial, y Hogares Nuevos Obra de Cristo, no estaban presentes, pero nos habían hecho llegar sus saludos y cercanía: las familias de la Institución Teresiana y las familias del Movimiento Familia Albertiana. 
En un ambiente familiar y cercano y después de presentarnos, fuimos poniendo en común, los proyectos para este curso y todo aquello que nos anima a trabajar por y para la familia. Don Javier fue acogiendo todas las realidades que se iban presentando, al tiempo que les preguntaba para conocerlos mejor, aunque las realidades ya las conocía, disfrutaba con lo que cada matrimonio iba contando de su familia y de sus vidas. Después nos animó a continuar en este bello trabajo a favor de la familia, del servicio que los movimientos prestan a la Iglesia y a la sociedad; a cada uno de nosotros nos animaba a tener siempre la vista fija en el “cielo”, solo el Amor que nace de Dios puede ser garantía para una familia. Solo Cristo Resucitado llena de sentido la inmensidad de la generosidad, de amor, de gratitud, de sacrificio, de ofrenda que supone cada día la vida de la familia.

EL PAPA A LAS BENEDICTINAS: "MARÍA TESTIMONIO SÓLIDO DE ESPERANZA"

El santo padre visita a las monjas camandulenses y preside la oración de las vísperas
El santo padre ha estado en el Monasterio de San Antonio Abad de las monjas benedictinas camaldulenses situado en la colina del Aventino en Roma, con ocasión de la Jornada por la vida contemplativa - instituida en 1953 por el papa Pío XII como Jornada Pro orantibus - y del Año de la fe que será clausurado este domingo.

El papa fue recibido por la abadesa sor Michela Porccellato y se ha dirigido directamente a la iglesia donde estaban reunidas 21 monjas de la comunidad. Allí, Francisco ha presidio la celebración de las vísperas según la regla camaldulense. Tras escuchar la lectura del evangelio de Lucas en la que Jesús dice que "Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen", el santo padre ha pronunciado una meditación sobre la Virgen María.

El evangelio que hemos escuchado muestra la actitud fundamental con la que María ha expresado su amor por Jesús, hacer la voluntad de Dios ha dicho el papa. Asimismo, ha indicado que con las palabras de este pasaje del evangelio, Jesús deja un mensaje importante: "la voluntad de Dios es la ley suprema que establece la verdadera pertenencia a Él y por eso María establece una unión de parentesco con Jesús antes incluso de darlo a luz, se hace discípula y madre de su hijo en el momento en el que acoge las palabras del ángel". Este hágase - ha observado el papa - "no es solo aceptación sino también apertura confiada al futuro, este hágase es esperanza"


María es la madre de la esperanza, el icono más expresivo de la esperanza cristiana, ha afirmado el santo padre. Y ha añadido que "toda su vida es un conjunto de actitudes de esperaza, empezando por el sí en el momento de la Anunciación. María no sabía cómo podía convertirse en madre, pero se ha fiado por completo del misterio que estaba por cumplirse".

Por otro lado, Francisco ha señalado que "la esperanza se nutre de escucha, de contemplación, de paciencia para que los tiempos del Señor maduren". Poniendo el ejemplo de las bodas de Caná ha subrayado que "María es la madre de la esperanza que la hace atenta y diligente a las cosas humanas". El santo padre ha recordado que María mira la misión del hijo con júbilo y también con inquietud porque Jesús se convierte cada vez más en ese signo de contradicción del que habló el viejo Simeón.

"En los pies de la Cruz es mujer del dolor y al mismo tiempo de la vigilante espera de un misterio más grande del dolor que está por realizarse", ha observado el santo padre. En ese momento - ha proseguido - María podía haber recordado las promesas de la Anunciación y haber pensado "esto no es verdad, me han engañado", pero no lo ha hecho.

El santo padre ha preguntado "¿sabemos esperar el mañana de Dios o queremos el hoy, hoy, hoy? Así, ha explicado que "el mañana de Dios es para ella el alba de aquel día, el primero de la semana".

Francisco ha indicado que "nos hará bien pensar en la contemplación,  al abrazo del hijo con la madre".

La única luz encendida en el sepulcro de Jesús es la esperanza de la madre, que en ese momento era la esperanza de toda la humanidad, ha recordado. Y ha lanzado una pregunta, a sí mismo y a los demás,  en los monasterios ¿Esta todavía encendida esta lámpara? ¿En los monasterios se espera el mañana de Dios?

En ella - ha indicado Francisco - presente en cada momento de la historia de la Salvación vemos un testimonio sólido de esperanza. Ella madre de esperanza nos sostiene en los momentos de oscuridad, dificultad, desaliento, aparentes o verdaderas derrotas humanas. Ha finalizado, recordando que "María esperanza nuestra nos ayuda a hacer de nuestra vida una ofrenda agradecida al Padre celeste, un don alegre para nuestros hermanos, una actitud que siempre mira al mañana".

Al finalizar la celebración de las vísperas, ha habido un tiempo de adoración eucarística y después el papa ha encontrado a la comunidad en la sala capitular.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

EVANGELII GAUDIUM: EL PAPA FRANCISCO Y EL PROGRAMA EVANGELIZADOR DE SU PONTIFICADO

EVANGELII  GAUDIUM: EL PAPA FRANCISCO Y EL PROGRAMA EVANGELIZADOR DE SU PONTIFICADO
En los 300 puntos de la exhortación apostólica se recogen los trabajos del Sínodo 'La nueva evangelización para la transmisión de la fe' celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012
 “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Estas son las palabras con las que el papa Francisco comienza su primera Exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio).
En ella el santo padre recoge los trabajos del Sínodo dedicado a “la nueva evangelización para la transmisión de la  fe” celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012 en el Vaticano. Un programa de pontificado, podríamos decir, ya que a lo largo de los 300 puntos que forman la exhortación, el pontífice habla de su visión de la Iglesia y del mundo, profundizando en ideas que ya ha anunciado durantes estos ocho meses. Francisco expresa su "sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación".
Al comienzo de la exhortación, el santo padre hace un llamamiento a todos los bautizados para que, con fervor y dinamismo nuevos, lleven a otros el amor de Jesús en un "estado permanente de misión". Y para realizar esta tarea, Francisco invita a "recuperar la frescura original del Evangelio", encontrando "nuevos caminos" y "métodos creativos". Del mismo modo habla de "una conversión del papado" para que sea "más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle" y "a las necesidades actuales de la evangelización". Sobre las Conferencias Episcopales señala su deseo de que puedan dar una contribución a fin que "el efecto colegial" tenga una aplicación "concreta" que aún "no se realizó plenamente".
Signo de la acogida de Dios es “tener templos con las puertas abiertas en todas partes” para que todos los que buscan no se encuentren “con la frialdad de unas puertas cerradas”. Y “tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera", advierte el santo padre.
Deteniéndose sobre los retos del mundo contemporáneo, el papa critica el sistema económico actual al que denomina como “injusto en su raíz”. “Esa economía mata” porque predomina “la ley del más fuerte”, dice. La cultura actual del “descarte” hace que “los excluidos no son 'explotados' sino desechos, 'sobrantes'”. Del mismo modo denuncia los “ataques a la libertad religiosa” y las nuevas situaciones de persecución a los cristianos.
También habla de la importancia de la familia, que "atraviesa una crisis cultural profunda". E insiste en "el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad".
El papa enumera las “tentaciones de los agentes pastorales”: individualismo, crisis de identidad, caída del fervor. Exhorta a "ser signos de esperanza" poniendo en marcha la "revolución de la ternura" y a vencer la "mundanidad espiritual".  El papa dedica unas líneas para hablar de los que “se sienten superiores a otros” por ser “inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado” y, “en lugar de evangelizar" lo que hacen es "clasificar a los demás”. Y también recuerda a quienes tienen un “cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción” en las necesidades de la gente.
A las comunidades eclesiales les advierte del peligro de caer en envidias o en celos “dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades". Subraya la necesidad de hacer crecer la responsabilidad de los laicos, mantenidos “al margen de las decisiones” a raíz de “un excesivo clericalismo”. También habla del rol de la mujer, afirmando que "todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”. Recuerda además a los jóvenes que deben tener “un protagonismo mayor”. Y sobre la escasez de vocaciones en algunos lugares, el santo padre alerta que “no se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones”.

Por otro lado, el santo padre ha querido recordar que “el cristianismo no tiene un único modo cultural” y que el rostro de la Iglesia es “pluriforme”. Del mismo modo reafirma la "fuerza activamente evangelizadora” de la piedad popular e invita a los teólogos a llevar en el corazón “la finalidad evangelizadora de la Iglesia” y a no contentarse con “una teología  de escritorio”. 
Sobre la forma de predicar, señala Francisco que la homilía “debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase”, debe saber decir “palabras que hacen arder los corazones”, huyendo de “una predicación puramente moralista o adoctrinadora”.
El santo padre indica que "nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social". Y en la lucha por la justicia, recuerda que "la opción por los pobres es una categoría teológica" antes que sociológica. Por eso indica, "quiero una Iglesia pobre y para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos".
Hay un espacio dedicados también a los más débiles, a quienes -el papa recuerda- debemos cuidar: "los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados”, los migrantes, las víctimas de la trata de personas, mujeres que sufren situaciones de exclusión.  Y deteniéndose en especial en los niños por nacer, recuerda que "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre este tema" y que "no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana".
Francisco también habla de la paz y explica la necesidad de "una voz profética" cuando se quiere construir una reconciliación falsa que “silencie” a los más pobres mientras “algunos no quieren renunciar a sus privilegios”. Indica cuatro principios para la construcción de una sociedad "en paz, justicia y fraternidad": trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos, obrar para que los opuestos alcancen una unidad pluriforme que engendra nueva vida, evitar que la política y la fe se reduzcan a la retórica y aunar globalización y localización.
La evangelización también implica un camino de diálogo que abre a la Iglesia para colaborar con todas las realidades políticas, sociales, religiosas y culturales, recuerda el pontífice. Señala el ecumenismo como "un camino ineludible de la evangelización" y la importancia del enriquecimiento recíproco. Asimismo, el diálogo interreligioso "es una condición necesaria para la paz en el mundo".Y frente a episodios de violencia invita a “evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia”. Por otro lado subraya que "el debido respeto a las minorías de agnósticos o no creyentes, no debe imponerse de un modo arbitrario que silencie las convicciones de las mayorías creyentes, o ignore la riqueza de las tradiciones religiosas".


Para concluir el santo padre habla de los "evangelizadores con Espíritu". Ellos son quienes se "abren sin temor a la acción del Espíritu Santo” que “infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia (parresía), en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso contracorriente”. Son evangelizadores que oran y trabajan, conscientes de que la misión es una pasión por Jesús y por su pueblo. Y recuerda a los fieles: "Si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida”. Finaliza con una oración especial a María "Madre del Evangelio", "porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño".

FRASE SOBRE LA FAMILIA REGNUM CHRISTI

"La oración, piedra angular de la familia fiel a su identidad y misión". 


Regnum Christi

martes, 26 de noviembre de 2013

DEBEMOS DESENMASCARAR LOS ÍDOLOS QUE NOS IMPIDEN AMAR A DIOS

DEBEMOS DESENMASCARAR LOS ÍDOLOS QUE NOS IMPIDEN AMAR A DIOS

Cada uno de nosotros vive de pequeñas o grandes idolatrías, pero el camino que lleva a Dios pasa por el amor exclusivo a Él, tal como nos lo ha enseñado Jesús. Lo afirmó el Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
Cuando el escriba se acerca a Jesús para preguntarle cuál es, según su opinión, el primero de todos los mandamientos, es probable que su intención no fuera tan inocente, dijo el Papa Francisco al comenzar su homilía evaluando el comportamiento de ese hombre que, en el relato evangélico de la liturgia del día, se dirige a Cristo dando la impresión de “ponerlo a prueba”, e incluso de “hacerlo caer en la trampa”. Y cuando – según la cita bíblica de Jesús: “Escucha, Israel. El Señor es nuestro Dios, es el único Señor” – el escriba replica aprobando, el Papa llamó la atención sobre el comentario de Cristo, a saber: “No estás lejos del Reino de Dios”.
En sustancia, explicó el Papa Francisco, con ese “no estás lejos”, Jesús quiso decir al escriba: “Tú conoces bien la teoría”, pero “aún te falta una distancia del Reino de Dios”, es decir, debes caminar para transformar en “realidad este mandamiento”, puesto que “la confesión de Dios” se hace en el “camino de la vida”:
“No basta decir: ‘Pero yo creo en Dios, Dios es el único Dios’. Va todo bien, pero ¿cómo vives tú esto en el camino de la vida? Porque nosotros podemos decir: ‘El Señor es el único Dios, no hay otro’, pero vivir como si Él no fuera el único Dios y tener otras divinidades a nuestra disposición… Está el peligro de la idolatría: la idolatría que viene a nosotros con el espíritu del mundo. Y Jesús, en esto era claro: el espíritu del mundo, no. Y Jesús pide al Padre en la última cena que nos defienda del espíritu del mundo, porque el espíritu del mundo nos lleva a la idolatría”.

 “La idolatría – prosiguió diciendo el Papa – es sutil”. Y añadió que “todos nosotros tenemos a nuestros ídolos escondidos” mientras “el camino de la vida para llegar, para no estar lejos del Reino de Dios” comporta “descubrir a los ídolos escondidos”. Un comportamiento que ya se ve en la Biblia – recordó Francisco – en el episodio en el que Raquel, mujer de Jacob, finge que no lleva consigo a los ídolos que, en cambio, tomó de la casa de su padre y escondió detrás de su montura. También nosotros, afirmó el Santo Padre, “los tenemos escondidos en nuestra montura... Pero debemos buscarlos y debemos destruirlos”, porque para seguir a Dios el único camino es el de un amor fundado en la “fidelidad”:
“Y la fidelidad nos pide que echemos a los ídolos, que los descubramos: están escondidos en nuestra personalidad, en nuestro modo de vivir. Pero estos ídolos escondidos hacen que nosotros no seamos fieles en el amor. El Apóstol Santiago, cuando dice 'Quien es amigo del mundo, es enemigo de Dios', comienza diciendo: '¡Adúlteros!'. Nos reprocha, pero con ese adjetivo: adúlteros. ¿Por qué? ¡Porque quien es 'amigo' del mundo es un idólatra, no es fiel al amor de Dios! El camino para no estar lejos, para avanzar, para ir adelante en el Reino de Dios, es un camino de fidelidad que se asemeja al del amor nupcial”.
Aun “con las pequeñas y no tan pequeñas idolatrías que tenemos”, ¿cómo es posible – se preguntó el Papa al concluir su homilía – no ser fieles “a un amor tan grande?”. Para hacerlo, dijo, es necesario confiar en Cristo, que es “fidelidad plena” y que “nos ama tanto”: “Podemos pedir hoy a Jesús: ‘Señor, tú eres tan bueno, enséñame este camino para estar cada día menos lejos del Reino de Dios, este camino para echar a todos los ídolos’. Es difícil, pero debemos comenzar... Los ídolos escondidos en las tantas monturas, que nosotros tenemos en nuestra personalidad, en el modo de vivir: echar al ídolo del carácter mundano que nos lleva a convertirnos en enemigos de Dios. Pidamos esta gracia a Jesús hoy”.

lunes, 25 de noviembre de 2013

PASEOS POR GRANADA. 7ª PASEO. “DESCUBRIENDO GRANADA: EL REALEJO CRISTIANO”.

FAMILIAS NUEVAS. MOVIMIENTO DE LOS FOCOLARES


El sábado 30 de noviembre, si el tiempo lo permite,  realizaremos el séptimo paseo por Granada, recorriendo una parte más conocida del Realejo, pero igual de interesante que la ultima que hicimos.
Comenzaremos en la Plaza de Mariana Pineda, para irnos adentrando poco a poco en la transformación cristiana del barrio judío de Granada. Una zona donde se conserva muy poco de su trazado urbano original: Convento de Santa Cruz la Real, el Monasterio de la Madre de Dios de las Comendadoras de Santiago, el monasterio de Santa Catalina de Siena ya en la Cuesta del Realejo, más lejos, las clarisas de la calle molinos o las carmelitas descalzas de San Matías, y coronando el cerro y como colofón de nuestro paseo, el Carmen de los Mártires, con un recuerdo especial para San Juan de la Cruz. Durante nuestro paseo volveremos a enamorarnos de Granada al contemplarla desde la Placeta de la Puerta del Sol o al contemplar como la fragilidad y belleza de la Alhambra engaña, cuando la contemplas muy cerca, y se te descubre como una imponente fortaleza.
El paseo lo terminaremos dejándonos “caer” desde el Carmen de los Mártires al Campo del Príncipe
Día: sábado 30 de noviembre de 2013.
Hora: A las 10:30 en la Plaza de Mariana Pineda, en el centro de la Plaza, junto a la estatua de Mariana, desde allí nos iremos a la Plaza de Santo Domingo, la Plaza del Realejo, la Placeta de la Puerta del Sol, Torres Bermejas y desde allí al, Carmen de los Mártires.
Recomendaciones: Calzado cómodo (no solo porque tendremos que andar, sino por el tipo de piso).
Hay un tramo del paseo, desde la plaza del Realejo al Hotel Alhambre Palace, que por el piso y la pendiente puede que no sea accesible para todos, pero se puede subir en autobús al Alhambra Palace y allí se puede unir al grupo, la vuelta la haremos por la Cremallera y por la Cuesta de San Cecilio al Campo del Príncipe.
Itinerario: Más o menos será Plaza de la Mariana, Varela, Plaza de Santo Domingo, Plaza del Realejo, Cuesta del Realejo, Placeta de la Puerta del Sol, C. Aire Alta, Torres Bermejas, Callejón Niño del Royo, Paseo de los Mártires, Carmen de los Mártires.
Contacto: Es conveniente saber aproximadamente el número de personas que nos podemos juntar, para organizarnos y ver cómo hacer (el grupo no puede ser muy numeroso). Se puede invitar a amigos, quién esté interesado en participar puede comunicarlo a la cuenta de la Comunidad: comunidadfocolaresgranada@gmail.com.

FRASE SOBRE LA FAMILIA DE EMILIO CARLOS BERLIE BELAUNZARÁN ,ARZOBISPO DE YUCATÁN

"La Familia: escuela insustituible del amor y la esperanza"


Emilio Carlos Berlie Belaunzarán ,Arzobispo de Yucatán 

COMIDA SOLIDARIA: "HOGAR DE SAN JUAN DE DIOS".

Nos ha llegado la noticia de una iniciativa de “comida solidaria el domingo 1 de Diciembre de 2013 en la Hospedería de las Comendadoras de Santiago, de la que todos los beneficios recaudados irán destinados íntegramente al “Hogar de San Juan de Diospara personas con discapacidad.
Por experiencias anteriores, sentimos que estos son momentos muy propicios para invitar a nuestros amigos y familiares, al tiempo que se colabora con la magnífica labor que los Hermanos de San Juan de Dios y todas las personas que colaboran con ellos llevan adelante en nuestra ciudad, una labor muchas veces desconocida, pero dirigida a aquellos que más la necesitan.

Ya sabéis que el aforo de las Comendadoras es limitado, y hay que comunicarles unos días antes el número que seremos, por eso interesa recoger las entradas cuanto antes, el precio es 25 euros (comida y aportación incluida) para los niños es de 15 euros.
Para más información y hacer la reserva para retirar las entras  en los teléfonos: 673.311.918, 686.244.281, 651.608.205.
Para aquellos que os guste la iniciativa y no podáis ir, también se puede colaborar a través del “PLATO 0”.

INFORMATE Y COLABORA

domingo, 24 de noviembre de 2013

TIEMPO QUE NOS HA HECHO DESCUBRIR LA BELLEZA DE SER HIJOS DE DIOS Y HERMANOS EN LA IGLESIA, FRANCISCO CLAUSURA EL AÑO DE LA FE

''Cada uno de nosotros tiene su historia, sus pecados. Sus momentos felices y aquellos oscuros. En esta jornada nos hará bien pensar en nuestra historia y repetir con el corazón, en silencio: acuérdate de mí, Señor. Jesús acuérdate de mí, porque quiero ser bueno pero no tengo fuerza, soy pecador. Pero acuérdate de mí, Jesús. Tú puedes acordarte de mí porque eres el centro de todo. Qué hermoso, hagámoslo todos hoy, cada uno en su corazón ''. Lo dijo el Papa Francisco, en su Homilía en la celebración eucarística con motivo de la clausura de Año de la fe, hoy, 24 de noviembre, fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. Participaron 1.200 entre cardenales, patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias orientales, arzobispos, obispos y sacerdotes. En efecto, en esta solemne ceremonia, también estuvieron presentes los Jefes y los Padres de las Iglesias Orientales Católicas participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para las Iglesias Orientales. Al lado del altar se expusieron las reliquias del apóstol Pedro: una caja de bronce con algunos fragmentos óseos. Al final de la celebración, el Obispo de Roma ha entregado simbólicamente su exhortación apostólica "Evangelii gaudium" a 36 representantes del "pueblo de Dios" provenientes de 18 diversos Países. La exhortación apostólica sobre la evangelización, que también retoma contenidos del Sínodo de los Obispos de octubre de 2012, será presentada y publicada el próximo martes.
Homilía completa del Santo Padre: (de la crónica radial del evento)

La solemnidad de Cristo Rey del Universo, coronación del año litúrgico, señala también la conclusión del Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, a quien recordamos ahora con afecto y reconocimiento por este don que nos ha dado. Con esa iniciativa providencial, nos ha dado la oportunidad de descubrir la belleza de ese camino de fe que comenzó el día de nuestro bautismo, que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos en la Iglesia. Un camino que tiene como meta final el encuentro pleno con Dios, y en el que el Espíritu Santo nos purifica, eleva, santifica, para introducirnos en la felicidad que anhela nuestro corazón.
Dirijo también un saludo cordial y fraternal a los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas, aquí presentes. El saludo de paz que nos intercambiaremos quiere expresar sobre todo el reconocimiento del Obispo de Roma a estas Comunidades, que han confesado el nombre de Cristo con una fidelidad ejemplar, pagando con frecuencia un alto precio.
Del mismo modo, y por su medio, deseo dirigirme a todos los cristianos que viven en Tierra Santa, en Siria y en todo el Oriente, para que todos obtengan el don de la paz y la concordia.
Las lecturas bíblicas que se han proclamado tienen como hilo conductor la centralidad de Cristo. Cristo está al centro. Cristo es el centro. Cristo centro de la creación, del pueblo y de la historia.
1. El apóstol Pablo, en la segunda lectura, tomada de la carta a los Colosenses, nos ofrece una visión muy profunda de la centralidad de Jesús. Nos lo presenta como el Primogénito de toda la creación: en Él, por medio de Él y en vista de Él fueron creadas todas las cosas. Él es el centro de todo, es el principio. Jesucristo, el Señor. Dios le ha dado la plenitud, la totalidad, para que en Él todas las cosas sean reconciliadas (cf. 1,12-20). Señor de la Creación, Señor de la reconciliación.
Esta imagen nos ayuda a entender que Jesús es el centro de la creación; y así la actitud que se pide al creyente, que quiere ser tal, es la de reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los pensamientos, las palabras y las obras. Es así, nuestros pensamientos serán pensamientos cristianos, pensamientos de Cristo. Nuestras obras serán obras cristianas, obras de Cristo. Nuestras palabras serán palabras cristianas, palabras de Cristo. En cambio, la pérdida de este centro, al sustituirlo por otra cosa cualquiera, solo provoca daños, tanto para el ambiente que nos rodea como para el hombre mismo.
2. Además de ser centro de la creación y centro de la reconciliación, Cristo es centro del pueblo de Dios. Y precisamente hoy está aquí, al centro de nosotros. Ahora está aquí, en la Palabra, y estará aquí, en el altar, vivo, presente, en medio de nosotros, su pueblo. Nos lo muestra la primera lectura, en la que se habla del día en que las tribus de Israel se acercaron a David y ante el Señor lo ungieron rey sobre todo Israel (cf. 2S 5,1-3). En la búsqueda de la figura ideal del rey, estos hombres buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo.
Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el «hermano» alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida. En Él nosotros somos uno: un solo pueblo; unidos a él, participamos de un solo camino, un solo destino. Solamente en Él, en Él como centro, tenemos la identidad como pueblo.

3. Y, por último, Cristo es el centro de la historia de la humanidad y también el centro de la historia de todo hombre. A Él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza, como le sucedió al buen ladrón en el Evangelio de hoy.
Mientras todos los otros se dirigen a Jesús con desprecio -«Si tú eres el Cristo, el Mesías Rey, sálvate a tí mismo bajando de la cruz»- aquel hombre, que se ha equivocado en la vida hasta el final pero se arrepiente, se agarra a Jesús crucificado implorando: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino» (Lc 23,42). Y Jesús le promete: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (v. 43): su Reino. Jesús sólo pronuncia la palabra del perdón, no la de la condena; y cuando el hombre encuentra el valor de pedir este perdón, el Señor no deja jamás de atender una petición como esa. Hoy todos nosotros podemos pensar a nuestra historia, a nuestro camino. Cada uno de nosotros tiene su historia; cada uno de nosotros también tiene sus errores, sus pecados, sus momentos felices y sus momentos oscuros. Nos hará bien, en esta jornada, pensar a nuestra historia y mirar a Jesús y desde el corazón repetirle tanta veces, pero con el corazón, en silencio, cada uno de nosotros: "¡acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino!". Jesús, acuérdate de mí, porque yo tengo ganas de ser bueno, tengo ganas de ser buena, pero no tengo fuerza, no puedo: ¡soy pecador, soy pecador! Pero acuérdate de mí, Jesús: ¡Tú puedes acordarte de mí, porque Tú estás al centro, Tú estás precisamente en tu Reino! ¡Qué bello! Hagámoslo hoy todos, cada uno en su corazón, tantas veces. "¡Acuérdate de mí Señor, Tú que estás al centro, Tú que estás en tu Reino!"

La promesa de Jesús al buen ladrón nos da una gran esperanza: nos dice que la gracia de Dios es siempre más abundante que la oración que la ha solicitado. El Señor siempre da más de lo que se le pide, es tan generoso, da siempre más de lo que se le pide: ¡le pides que se acuerde de tí y te lleva a su Reino! Jesús está precisamente al centro de nuestros deseos de alegría y de salvación. Vayamos todos juntos por este camino.

XIII ENCUENTRO DE MATRIMONIOS DE HOGARES NUEVOS

"El que permanece en Mí y Yo en él, ése da fruto abundante; porque sin Mí no podéis hacer nada" (Jn 15, 5)
El 9 y 10 de noviembre de 2013 tuvo lugar en la Casa de las Aliadas de la Zubia el XIII Encuentro de Hogares Nuevos de la Archidiócesis de Granada. Le hemos pedido a Mª Carmen y José Antonio, Directores del Encuentro, que nos den testimonio de lo que han vivido en este nuevo Encuentro de Hogares Nuevos.
Los diez matrimonios participantes, el Padre Victorino de la Parroquia Regina Mundi y el Equipo (formado por seis matrimonios, el Padre Sergio Fajardo y el Padre Alfonso Marín), tuvimos la suerte de convivir ese fin de semana en el que el Espíritu Santo estuvo pródigo y derramó sus dones con generosidad.
En este Encuentro, el Señor ha actuado en nuestros corazones y nos ha hecho descubrir la belleza y el atractivo del matrimonio cristiano. Y hemos sentido que, a pesar de las dificultades que hay en la vida matrimonial, el Plan que Dios tiene sobre cada uno de nosotros, se va llevando a cabo. No estamos solos, la misericordia de Dios nos acompaña y hace posible que nuestros matrimonios y nuestras familias puedan caminar en el amor.
Sabemos que son muchas las oraciones que por este Encuentro se han presentado ante el Señor. Gracias a todos. Los efectos de las plegarias se han notado y han estado presentes entre nosotros.
Sólo nos queda pedir a María Reina de las Familias que todo lo que estos diez matrimonios han vivido en el Encuentro fructifique en sus familias y sean fermento y novedad de amor allá donde estén.
Y por último, queremos agradecer a Dios que nos haya permitido participar en el XIII Encuentro formando parte de este equipo. Un maravilloso equipo unido, generoso y atento a la Palabra de Dios.
Gracias Señor por tu presencia en nuestras vidas y porque poco a poco vamos comprendiendo que sin Ti no podemos hacer nada. Sólo Tú transformas nuestros corazones y nuestros hogares y los conviertes en Hogares Nuevos. Gracias Señor.
Honor y gloria por siempre a Ti, Señor.
Mª Ángeles y Javier.
Corresponsales de Hogares Nuevos en la Archidiócesis de Granada.