COMIENZO
DE CURSO DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA DE PASTORAL FAMILIAR DE GRANADA.
Con la
visita que el lunes 25 de noviembre realizó el Arzobispo de Granada, D. Javier
Martínez, al Centro de Orientación Familiar Ronda 110, damos por concluido este
comienzo de curso de la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar, que en el
tiempo ha durado un poco más que otros años, pero que como nunca ha sido un
impulso para trabajar por y  para la
familia.
Ya en
septiembre, el grupo de trabajo de la Delegación a través de varias reuniones,
fue delineando la propuesta de actividades para este curso, que pretenden ser
la escusa para crecer entre nosotros en el espíritu de comunión, para disfrutar
de la alegría de sentirnos hijos de Dios y miembros de esta bella familia que
es la Iglesia.
En
octubre tres han sido los momentos fuertes del mes:
Primero
las Jornadas de Guadarrama de Pastoral Familiar y Movimientos Familiares, que
este año con el título de “Itinerarios para novios cristianos” han tenido lugar
en la Residencia Fray Luis de León de Guadarrama los días 4, 5 y 6 de octubre
de 2013 y que ha tratado sobre uno de los grandes retos de la Iglesia hoy, acompañar
a los novios  para que puedan vivir un
día la gran esperanza  de su amor en el
matrimonio. Unos días en los que se reflexionó sobre cuáles son los pasos y las
prácticas que pueden configurar estos itinerarios de fe para los novios.
Presididas por Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, presidente de la Subcomisión
para la Familia y Defensa de la Vida, contó con la presencia de D. José Noriega
con las ponencias “El despertar de la vocación al amor y sus etapas hasta el
matrimonio” y “La nueva narrativa  sobre
el noviazgo y sus efectos: soledad e indeterminación del tiempo”; interesante
ponencia de  D. Manuel González, sobre
“Ritos y prácticas. Símbolos y significados; D. Ignacio Serrada que habló sobre
“La narrativa en la configuración del ‘nosotros’  y de la ‘generatividad’: uso de las
narraciones  y prácticas  de la interpretación y aceptación de la
diferencia”; D. Juan de Dios Larrú con la ponencia “La configuración del ‘para
siempre’: narraciones y prácticas de promesa y perdón”; concluyendo D. Elio
Gallego, con la ponencia “XXX aniversario de la carta de los derechos de la
familia” que celebramos este año.
Hubo momentos para la oración y la reflexión,
muchos momentos de convivencia, de conocer a las otras delegaciones y
movimientos, de compartir experiencias, problemas, dificultades, anhelos y
deseos... la alegría de compartir con todos la pertenecía a esta Iglesia que
camina hacia la unidad y la comunión de todos.
Otro
momento realmente vivo e interesante fue el encuentro con los Agentes de la
Casa Diocesana de la Familia y los Equipos de Cursos de Formación al Matrimonio
y a la Vida de Familia que colaboran en la Casa Diocesana de la Familia en esta
bella labor de la Pastoral Familiar, nunca nos cansaremos de elogiar la labor
que unos y otros hacen, muchas veces callada y desconocida, pero que por los
ecos de los novios, tanto bien hacen. Son ocho los equipos que actualmente
imparte los cursos, formados por dos o tres matrimonios y un sacerdote, en las
distintas modalidades de varios fines de semana o intensivos que con su
carácter subsidiario de  los de las
parroquias tratan de atender la demanda de los novios. La atención en la casa
de la familia se hace de forma presencia la mañana de los lunes, miércoles y
viernes y  previa cita, las tardes de los
lunes, martes y jueves. La reunión tuvo lugar el lunes 7 de octubre en la que
se presentó la propuesta de cursos para 2014.
 En un ambiente familiar y cercano y después de presentarnos,
fuimos poniendo en común, los proyectos para este curso y todo aquello que nos anima a trabajar por y para la familia. Don Javier fue acogiendo todas las
realidades que se iban presentando, al tiempo que les preguntaba para conocerlos mejor, aunque las realidades ya las conocía, disfrutaba con lo que
cada matrimonio iba contando de su familia y de sus vidas. Después nos animó a
continuar en este bello trabajo a favor de la familia, del servicio que los
movimientos prestan a la Iglesia y a la sociedad; a cada uno de nosotros nos
animaba a tener siempre la vista fija en el “cielo”, solo el Amor que nace de
Dios puede ser garantía para una familia. Solo Cristo Resucitado llena de
sentido la inmensidad de la generosidad, de amor, de gratitud, de sacrificio,
de ofrenda que supone cada día la vida de la familia.
En un ambiente familiar y cercano y después de presentarnos,
fuimos poniendo en común, los proyectos para este curso y todo aquello que nos anima a trabajar por y para la familia. Don Javier fue acogiendo todas las
realidades que se iban presentando, al tiempo que les preguntaba para conocerlos mejor, aunque las realidades ya las conocía, disfrutaba con lo que
cada matrimonio iba contando de su familia y de sus vidas. Después nos animó a
continuar en este bello trabajo a favor de la familia, del servicio que los
movimientos prestan a la Iglesia y a la sociedad; a cada uno de nosotros nos
animaba a tener siempre la vista fija en el “cielo”, solo el Amor que nace de
Dios puede ser garantía para una familia. Solo Cristo Resucitado llena de
sentido la inmensidad de la generosidad, de amor, de gratitud, de sacrificio,
de ofrenda que supone cada día la vida de la familia. 
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