La verdad es que poco podemos añadir a estas palabras de Jesús. Y casi espontánea surge la pregunta: ¿estoy dispuesto a dar hasta mi propia vida? Una pregunta para todos, también para los casados…
¿En mi familia, en casa... con mi mujer, con mi marido, con los hijos… hasta la propia vida?
Quizás si tuviéramos que dar la vida por una vez, hasta sería heroico y se nos recordaría como mártires.
Pero ser mártir en lo cotidiano, en cada momento presente, en cada sit
uación que no entendemos, incluso absurdas... y mira que en la vida de familia, como en cualquier convivencia, hay de estos momentos en que la razón justificaría imponernos y cantar las cuarenta, pero eso no sería amar, amar de manera concreta, aún doliendo.
uación que no entendemos, incluso absurdas... y mira que en la vida de familia, como en cualquier convivencia, hay de estos momentos en que la razón justificaría imponernos y cantar las cuarenta, pero eso no sería amar, amar de manera concreta, aún doliendo.
Quien no pospone padre, madre, esposo, esposa, hijos... hasta la propia vida.
Y vivirlo en familia ¡qué programa!
ACTUALIZADA NOVIEMBRE 2016
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