lunes, 3 de marzo de 2014

CONCENTRACIÓN EN LA PUERTA DEL HOSPITAL LA PAZ, DE MADRID

Médicos y enfermeros contra el aborto: «El feto también es nuestro paciente»
Cerca de 200 médicos y enfermeros de la sanidad pública madrileña se han congregado en las puertas del Hospital General La Paz para insistir en que «el aborto no es un acto médico» y no debería ejercerse en centros sanitarios de titularidad pública. Bajo la consigna de «el feto también es mi paciente», los profesionales sanitarios han señalado que «los avances médicos permiten conocer con mucha más precisión que hace años las características y acciones humanas del feto en el proceso de gestación» por lo que es posible realizar intervenciones en el seno materno que corrijan malformaciones.
 «Los avances científicos permiten definir al ‘nasciturus’ como un ser humano y no como un mero ‘ser vivo’, algo que no se sostiene desde el más básico conocimiento médico», han leído en un manifiesto en el que insisten en que la sociedad «no puede cerrar los ojos al conocimiento de la gestación humana» ya que para debatir sobre esta cuestión es preciso «tener en cuenta la realidad de la formación humana».
Los sanitarios han hecho alusión al código deontológico para defender que aquellos profesionales sanitarios que atiendan a una embarazada en riesgo de abortar están realizando un acto médico y «debe ser respetado su derecho a la objeción de conciencia sin que eso signifique que se la deje de atender».
Para los manifestantes «se comete un grave error al valorar la legalidad o no del aborto sin partir de los últimos conocimientos profesionales», por lo que han reclamado que «se escuche la voz de los profesionales sanitarios» al hablar del aborto.

Por último, los profesionales sanitarios han incidido en que «toda mujer tiene derecho a conocer el desarrollo embrionario de su hijo y el sistema por el que, en caso de que una madre quiera abortar, será eliminado» y han opinado que el actual anteproyecto de ley «va en el camino correcto para evitar las prácticas abortivas, así como la banalización del debate».

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