Prosiguen los trabajos de los padres sinodales
reunidos por grupos lingüísticos para estudiar el documento presentado este
lunes, la Relatio post disceptationem.
Por Rocío Lancho García
El Sínodo de los Obispos procede
con su trabajo estudiando el documento presentado este lunes, Relatio
post disceptationem, en pequeños grupos lingüísticos llamados círculos menores.
Dos moderadores y un relator de estos grupos -el cardenal Lluís Martínez
Sistach, arzobispo de Barcelona, junto con monseñor Joseph Edward Kurtz, presidente
de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y monseñor Salvatore Fisichella-,
han acudido esta mañana a la sala de prensa del Vaticano para explicar a los
periodistas cómo se está trabajando en estos días.
Hay un clima de comunión, de
fraternidad y de pastoralidad, ha afirmado el cardenal Sistach. Así, ha
constatado que los problemas que le parecían del occidente europeo son
problemas de casi todos los continentes. Como moderador, ha afirmado que la
providencia le ha dado un grupo en el que están muy de acuerdo. Y todos lo que
han votado, han sido por unanimidad. Esto -ha precisado- refleja la comunión y
la fraternidad, el deseo de buscar entre todos lo que conviene más a la Iglesia
para el bien de las personas, los matrimonios y las familias.
Asimismo, explica que han
trabajado sobre todos los puntos de la Relatio para hacer enmiendas, mejorar
contenidos y presentar otros nuevos que no figuraban en el texto.
Por su parte, monseñor Kurtz
resalta que el periodo de conversación y diálogo es muy importante. "Hemos
hablado mucho del hecho de que se dan muchas experiencias distintas pero
presentan un punto en común, que nos permite proponer algo unánime a la hora de
presentar una propuesta", ha precisado. Además, ha reconocido que
"debemos agradecer y elogiar los esfuerzos realizados por familias de todo
el mundo". En otro momento de la rueda de prensa ha explicado que "no
hubo una gran diferencia entre el testimonio de los esposos y la reflexión de
los padres sinodales en los círculos menores". Así como ha manifestado su
deseo de "ser capaces de ser testigos de la fe no permaneciendo sólo en
grupos pequeños", ha observado que "debemos realizar un mejor trabajo
para hacer entender el amor gratuito y fiel".
Por su parte, monseñor
Fisichella, ha explicado que la labor del relator es recoger todas las
expresiones que dan los padres sinodales y convertirlas en 'modos' para el
texto original. Es obvio -ha indicado- que el trabajo requiere atención,
esfuerzo y fidelidad al debate del círculo menor.
Respecto al trabajo de los
círculos menores, el prelado ha afirmado que son los días más fecundos del
Sínodo porque no existe límite de tiempo para hablar, no son tan sólo cuatro
minutos por intervención como ha sucedido en las Congregaciones generales de la
semana pasada.
Además ha explicado que cada
círculo menor tiene una presencia muy diferencida y esto ayuda a aportar una
visión global sobre las problemáticas afrontadas por el Sínodo de la familia.
La problemática, aún siendo la misma, "se discute y percibe con sensibilidad
distinta", ha observado.
Sobre las enmiendas realizadas a
la Relatio, también ha precisado que pueden ser incluso hacia una palabra
concreta. Por ejemplo, si un punto del documento dice "numerosos padres
sinodales", se podría precisar que ese "numerosos" fue más
bien "algunos".
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