En la oración de la mañana, monseñor Orowae expresó
su esperanza en que las familias se conviertan en evangelizadoras y testimonio
vivo de Cristo a través de la alegría cristiana.
La fe en Dios ayuda a construir
una relación de amor que se manifiesta en los signos prácticos de amor mostrado
a la gente para llegar a ellos en la caridad para su bien en el cuerpo y el
espíritu. Lo ha indicado esta mañana monseñor Arnold Orowae, Obispo de Wabag
(Papua Nueva Guinea) durante la oración de la mañana previa a iniciar los
trabajos del Sínodo de los Obispos sobre familia que se está celebrando en el
Vaticano.
Asimismo ha asegurado que
"nuestra oración, de los individuos y las familias católicas en todo el
mundo, podría estar llena del gozo del Evangelio y un ardiente deseo de
compartir esa alegría con los demás cristianos y no cristianos por igual".
De esta manera, ha indicado, "más y más gente recobrará vida en Cristo,
los discípulos de Jesús deseosos de participar en una nueva evangelización, que
traerá la buena noticia de que conduce a la fe a todo el mundo".
Por esta razón, el prelado ha
manifestado el deseo de "animar a nuestras familias a buscar la alegría
que viene del encuentro con Cristo en el Evangelio. Es allí donde van a
encontrar esta felicidad". Del mismo modo ha recordado que "las
familias deben ser animadas a redescubrir el Evangelio, leer la Buena Noticia
con los niños en los hogares y en las comunidades eclesiales, y oren sobre él,
convertirlo en una parte de la vida diaria de la familia". Esto -ha
asegurado- ayudará a aumentar su fe, la esperanza, el amor, la alegría y la paz
en las familias.
Además, ha reconocido que la casa
donde vive la familia merece ser llamada "hogar" sólo cuando la
felicidad está el aire, que todos en la familia lo respiren y donde todo el
mundo experimenta la alegría de vivir juntos en armonía.
Por otro lado, el obispo ha
observado que hoy en día, muchas familias están luchando con los muchos retos y
las distracciones que existen. "Estos tienen que enfrentarlos y superarlos
para construir familias saludables", ha advertido. Y así, ha reconocido
que "la Iglesia está agradecida por las muchas familias católicas que
creen en los valores del Evangelio, los siguen en la vida familiar, enseñan la
fe a los hijos, y dan ejemplo que otras familias pueden ver e imitar".
En las familias donde los padres
toman en serio sus responsabilidades dadas por Dios para nutrir y apoyar,
enseñar y guiar, proteger y defender a sus hijos y otros miembros de la
familia, su deber como católicos laicos para evangelizar en y a través de la
familia, puede ser entendido claramente y se lleva adelante, ha explicado el
obispo Orowae. Finalmente, ha reconocido que "es nuestra esperanza y
oración que las familias cristianas constituyan la mayor parte del cuerpo de
Cristo jugando este importante papel de convertirse en evangelizadores y
testimonio vivo de Cristo a través de la alegría cristiana en las
familias".
No hay comentarios:
Publicar un comentario